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por Marchelo Mariño


Qué los deportistas tienen que tener una alimentación adecua, eso no lo me lo puede discutir nadie... Pero que coman pan con mortadela, eso es una barbaridad que nadie puede coincidir con los que le dan esa ingesta a los jugadores...

Según contaron por ahí, el arquero internacional Carlos Fernando Navarro Montoya quiso hablar con el Presidente del Tacuarembó F.C. por la grave situación que muchos de sus compañeros padecían. Este no le prestó atención y según el argentino le faltó el respeto, lo que llevó a que Navarro Montoya lo tomó a golpes de puño.

No quiero entrar en detalles de lo que pasó, no me corresponde; lo que si puedo hablar es que un deportista no puede jugar al fútbol con una ingesta de hidratos de carbono puros y grasas, quizás de dudosa calidad.

Cuando los atletas se preparan cuatro años duramente par un Juego Olímpico; cuando en Europa los futbolistas van al podólogo, al dentista, al sastre, etc., acá parecería que estamos lejos de esa realidad y nos damos el lujo de no comer.
En la transmisión de Radio La Embajada, la 107.9 FM, mis compañeros dieron la noticia de este hecho lamentable. Personalmente los escuché, los miré, y les dije a sus veinte y pico de años de inexperiencia: díganme una cosa, ¿si nosotros no tuviéramos esta consola de audio, podríamos salir al aire? Noooo, me contestaron. Y bueno, la consola es una herramienta vital de trabajo, como lo es el cuerpo de los futbolistas.

Entonces, si no comés, no tenés la energía que por ejemplo nosotros tenemos con la energía eléctrica.

Entonces, y les pregunto a Uds. amigos lectores: ¿un equipo de fútbol profesional pueden jugar al fútbol si no están alimentados correctamente?. Un refuerzo de mortadela es un lindo menú para un lindo almuerzo veraniego cuando uno no tiene ganas de cocinar. Me acuerdo que mi recordado y nunca olvidado abuelo «el Tata», nos compraba mortadela y manteca casera para merendar en las tardecitas de Parque del Plata. Aunque a estos refuerzos de mi niñez, calculo que la ingesta de grasa era menor que la que tienen estos pobres muchachos que sueñan con todo su corazón, ser futbolistas profesionales.

Claro que es muy bueno que haya venido un deportista del la talla de Navarro Montoya, pero si el mismo tiene que pagarle a un electricista para que arregle la luz de la casa de sus compañeros; si tiene que pagar un pintor, si tiene que reclamar por comida, es mejor que su «monomental» figura regrese de donde vino, porque acá nadie es Quijote para pelearse con molinos de viento ni nadie puede ni podrá cambiar una ideosincracia tan pero tan mediocre, que ni siquiera creo que valga la pena hacer el intento.

Si sos profesional, tenés que ser profesional, si no, dedicate a jugar al fútbol en un potrero, hacé chorizos caceros para que coman los vecinos, y no te molestes en gastar en pasajes, equipos, cuerpo técnico, infraestructura y la mar en coche. Si sos amateur, sos amateur y no es una deshonra. Pero no te quieras largar el gas más grande que el agujero porque si no se te rompe el agujero (fui delicado en dar esta metáfora, ¿verdad?

Es muy linda la aventura de que una equipo juegue profesionalmente en Primera División, que venga a la tan lejana capital y al tan grande e inconocible Montevideo. Pero te tenés que saber manera en la vida y en la ciudad.

Esto lo menciono porque muchos me dijeron: soy de afuera y no me manejo muy bien en la capital. Y menos mal que no fueron a Buenos Aires, o a New York o a Madrid, sino, ahí les da un lindo ataque de pánico.

Si no te sabés manejar en una ciudad que en el contesto mundial es una aldea; quedate en tu pueblito. Porque Montevideo, porque el fútbol uruguayo es la misma aldea que viven ellos en el concierto mundial.

Por eso, bienvenidos los refuerzos de mortadela en los hogares humildes y con mucha carencia de recursos. Bienvenidos en los estómagos de los que no tienen que comer. Bienvenidos en mi recuerdo de aquellas tardecitas de Parque del Plata. Pero mal venidos y repudiados en los estómagos de todos los futbolistas que son atletas y que pretenden hacer del fútbol su forma de vida...